Señor, tu amor es siempre nuevo y fresco
como el amor de los novios.
Haz que unidos siempre a Tí por la gracia de nuestro bautismo,
nuestro amor tome de Ti su vigor, su alegría, su juventud.
Tú has querido que nos encontráramos; te damos por ello gracias,
a Ti que eres la fuente del amor.
Enséñanos a conocernos bien, para conocerte mejor.
Ayúdanos a ser, por la lealtad de nuestra conducta,
por las finezas de nuestro cariño,
por la intensidad de nuestra caridad,
novios verdaderamente cristianos.
Haz que en el dolor y alegría nuestro amor se parezca
al que Tú tienes a tu Iglesia, del cual nosotros seremos
un día testigo y ejemplo por medio de nuestro matrimonio.
Virgen María,
te confiamos nuestro frágil amor.
Que tu fidelidad a Dios sea para nosotros modelo
y la prenda de nuestra caridad.
Amén.
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