Frases para meditar y rezar de Santa Teresa de Calcuta

CUANDO EL AMOR LLEGA DE FORMA NATURAL
Meditar con la Madre Teresa
 de Calcuta

Hay personas que tienen pareja pero se sienten tan solas y vacías como si no las tuvieran.

Hay otras que por no esperar deciden caminar al lado de alguien equivocado y en su egoísmo, no permiten que ese alguien se aleje aún sabiendo que no le hace feliz.

Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos ya destruidos, por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable.

Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, pero ese viaje es duro, incómodo y nos llena de dolor y abandono.

Pero hay otras personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque las ayuda a acercarse a si mismas, a crecer y a fortalecer su interior.

Esas personas son las que un día sin saber el momento exacto ni el por qué se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor y se enamoran de una forma maravillosa.



El día más bello: Hoy
La cosa más fácil: Equivocarse
El obstáculo más grande: El miedo
El error mayor: Abandonarse
La raíz de todos los males: El egoísmo
La distracción más bella: El trabajo
La peor derrota: El desaliento
Los mejores maestros: Los niños
La primera necesidad: Comunicarse
Lo que más feliz hace: Ser útil a los demás
El misterio más grande: La muerte
El peor defecto: El malhumor
La persona más peligrosa: La mentirosa
El peor sentimiento: El rencor
Lo más imprescindible: El hogar
El regalo más bello: El perdón
La ruta más rápida: El camino correcto
La más linda sensación: La paz interior
El resguardo más eficaz: La sonrisa
El mejor remedio: El optimismo
La fuerza más potente del mundo: La fe
Las personas más necesarias: Los padres
La cosa más bella de todas: El amor


Amar a los demás

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos. Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal. Darle a alguien todo tu amor nunca es seguro de que te amarán de regreso, pero no esperes que te amen de regreso; solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo.  Hay cosas que te encantaría oír,  que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sordo para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.

Nunca digas adiós, si todavía quieres tratar.  Nunca te des por vencido si sientes que puedes seguir luchando.  Nunca le digas a una persona que ya no la amas, si no puedes  dejarla ir.  El amor llega a aquel que espera, aunque lo hallan decepcionado; a aquel que  aun cree, aunque haya sido traicionado: a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado y aquel que tiene coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.

Conocerse a sí mismo es muy importante para el amor, porque conocer a Dios trae el amor, y conocernos a nosotros mismos, la humildad. Por eso los santos pueden decir que se sienten grandes criminales, porque vieron a Dios y se vieron a sí mismos, y notaron la terrible diferencia.

Como rezar
Rezar con la madre
Teresa de Calcuta

Orar a Cristo es amarlo y amarlo significa cumplir sus palabras. La oración significa para mí la posibilidad de unirme a Cristo las 24 horas del día para vivir con Él, en Él y para Él. Si oramos, creemos. Si creemos, amaremos. Si amamos, serviremos. Para que la oración sea realmente fructuosa, ha de brotar del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios. Orad sencillamente, como los niños, movidos por un fuerte deseo de amar mucho y de convertir en objeto de propio amor a aquellos que no son amados. La plegaria perfecta no consiste en una palabrería, sino en el fervor del deseo que eleva los corazones hasta Jesús. Nuestras acciones sólo pueden producir frutos, cuando son expresión verdadera de una plegaria sincera.
Si a ustedes les resulta difícil orar, rueguen insistentemente: "¡Jesús ven a mi corazón, ora dentro de mí y conmigo, hazme aprender de Ti cómo orar". La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice a nosotros. Jesús está siempre allí, esperándonos. En el silencio nosotros escuchamos su voz. Debemos amar la oración. La oración dilata el corazón hasta el punto de hacerlo capaz de contener el don que Dios nos hace de Sí mismo.
El silencio es lo más importante para orar. Las almas de oración son almas de profundo silencio. Y lo necesitamos para poder ponernos verdaderamente en presencia de Dios y escuchar lo que nos quiere decir. Este silencio debe ser tanto exterior como interior, dejando de lado nuestras preocupaciones. Debemos acostumbrarnos al silencio del corazón, de los ojos y de la lengua. El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón. El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. 

La alegría. María fuente de nuestra alegría

María debe ser la fuente de nuestra alegría; ella, que fue la maestra en el servicio gozoso a los demás. La alegría era su fuerza, ya que sólo la alegría de saber que tenía a Jesús en su seno podía hacerla ir a las montañas para hacer el trabajo de una sierva en casa de su prima Isabel. De la misma manera, nosotros con Jesús en nuestro corazón, debemos servir a los demás con alegría.
El que tiene a Dios en su corazón, desborda de alegría. La tristeza, el abatimiento, conducen a la pereza, al desgano.
Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el cristianismo. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios. Pero para eso debemos estar convencidos de eso.
María está siempre atenta para traer al mundo la alegría, la paz y la reconciliación. Ella nos conduce hacia Dios, y con sus ruegos amorosos intercede por nosotros.Supliquemos a María que haga nuestro corazón "manso  y humilde" como modeló el corazón de su Hijo. Pues por medio de ella y en ella fue como se forjó el corazón de Jesús.


Reflexiones de la Madre
Teresa de Calcuta
«El que no sirve para servir, no sirve para vivir».

«¿Qué descuido podremos tener en el amor? tal vez en nuestra propia familia haya alguien que se sienta solo, alguien que este viviendo una pesadilla, alguien que se muerde de angustia, y estos son indudablemente momentos bien difíciles para cualquiera. Cuando nos ocupamos del enfermo y del necesitado, estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo y este contacto se torna heroico; nos olvidamos de la repugnancia y de las tendencias naturales que hay en todos nosotros.

Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
No es lo importante lo que uno hace, sino cómo lo hace, cuánto amor, sinceridad y fe ponemos en lo que realizamos. Cada trabajo es importante, y lo que yo hago, no lo puedes hacer tú, de la misma manera que yo no puedo hacer lo que tú haces. Pero cada uno de nosotros hace lo que Dios le encomendó.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Los pobres son la esperanza del mundo porque nos proporcionan la ocasión de amar a Dios a través de ellos. Son el don de Dios a la humanidad, para que nos enseñen una manera diferente de amarlo, buscando siempre la manera de dignificarlos y rescatarlos.
Seamos los servidores del pobre. Hemos de brindar al pobre un servicio generoso, sincero. En el mundo, a la gente se le paga por su trabajo. Sintámonos pagados por Dios.
¿Acaso tratan ustedes a los pobres como basurero, dándoles aquello que ya no pueden ustedes usar o comer? Como esto no puedo ya comérmelo, se lo voy a dar al pobre.
Dios no va a preguntarle a aquella hermana cuántos libros ha leído, cuántos milagros ha realizado; lo que le preguntará es si ha hecho de lo suyo lo mejor por amor del mismo Dios.
"Hice lo mío de la mejor forma". Aunque aquello que he podido hacer, no sea más que un fracaso, eso deberá ser lo mejor que hemos podido y sabido hacer; debe tener nuestro máximo empeño.

Abandonarnos a Dios para ser Santos
El abandono total en Dios consiste en darse a Dios en forma plena, porque Él se dio a nosotros primero. Y debemos entregarnos de manera absoluta si queremos responder a la magnitud de su entrega hacia nosotros. Sólo si renuncio a mí misma puedo llevar a Dios a vivir en mí.
La santidad es hacer siempre, con alegría, la voluntad de Dios. Para eso es necesaria la fidelidad a sus deseos, y es esta fidelidad la que hace a los santos.Ser santo no significa realizar cosas extraordinarias, descifrar misterios, sino únicamente un aceptar incondicional, dado que me he entregado por completo a Dios, porque le pertenezco por entero.
Ustedes deben permitir que el Padre sea un jardinero, que corta y poda. Si sienten que son podados no se preocupen. Él tiene sus motivos para hacerlo. Ustedes deben dejar que lo haga.
Jesús quiere que seamos santos como su Padre. Podemos llegar a ser grandísimos santos con sólo quererlo. La santidad no es un lujo para unos pocos, sino una sencilla obligación también para ti y para mi. 

Cómo son las personas felices.
Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo. Solo sacan lo mejor de todo lo que encuentran en su camino.  La felicidad espera por aquellos que lloran, aquellos que han sido lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan.
Porque solo ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus vidas.  No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra,  otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto  tiempo aquella puerta que se cerró que no vemos la que se ha abierto frente a  nosotros.Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Otras refelexiones:  los jóvenes y el aborto, los pobres, el sufrimiento, la Eucaristía, la confesión...

- Cuando quieras llorar llora, porque de esa manera aparte de lágrimas sale todo lo malo que tienes en el alma. Verás como después todo se ve mejor, porque las lágrimas expresan todo lo que las palabras no pueden decir. 
- A todos los jóvenes les digo: Ustedes son el futuro de la vida familiar; son el futuro de la alegría de amar. Mantengan la pureza, mantengan ese corazón, ese amor, virgen y puro, para que el día en que se casen puedan entregarse el uno al otro, algo realmente bello: la alegría de un amor puro.
Pero, si llegaran a cometer un error, les pido que no destruyan al niño, ayúdense mutuamente a querer y a aceptar a ese niño que aún no ha nacido. No lo maten, porque un error no se borra con un crimen. La vida del fruto de ese amor pertenece a Dios, y ustedes tienen que protegerla, amarla y cuidarla. Porque ese niño ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y es un regalo de Dios.
Frases de la Madre Teresa
de Calcuta
- Jesús dijo: "El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe." Al adoptar un niño, esas parejas reciben a Jesús; por el contrario, al abortar, rechazan a Jesús.
- La eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo».
- Lo único que Jesús nos pide en todo momento es que nos entreguemos absolutamente a Él, que confiemos en Él plenamente, renunciando a nuestros deseos para cumplir con el camino que nos va trazando.
- Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no la haya cuidado; es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado.
- No cierren las puertas a los pobres; porque los pobres, los apestados, los caídos en la vida, son como el mismo Jesús.
- Seamos fieles en las cosas pequeñas, porque ahí estará nuestra fortaleza. Miremos el ejemplo de la lámpara que arde con el aporte de pequeñas gotitas de aceite, y sin embargo da mucha luz. Las gotitas de aceite de nuestras lámparas son las cosas pequeñas que realizamos diariamente: la fidelidad, la puntualidad, las palabras bondadosas, las sonrisas, nuestra actitud amorosa hacia los demás. No hay nada que sea pequeño a los ojos de Dios, y Él mismo se tomó la molestia de hacerlas para enseñarnos cómo actuar. Por eso se transformaron en infinitas.
- Las tentaciones las tenemos todos. Pero si Jesús es una realidad viviente en mi vida, entonces ya no tengo miedo.
- La confesión fortalece el alma, pues una confesión realmente bien hecha -la confesión de un hijo que reconoce su pecado y retorna al Padre- produce siempre humildad y la humildad es fuerza.  
Cuando, entre Cristo y yo, se produce un vacío, cuando mi amor está dividido, nada puede llenar tal vacío.
- En la noche, al momento de acostarse, pregúntense: "¿Qué he hecho yo hoy a Jesús? ¿Qué he hecho yo hoy a Jesús? ¿Qué he hecho hoy con Jesús?". Les bastará simplemente mirar sus manos. Este es el mejor examen de conciencia.
- Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el cáncer del corazón.
- Dios no puede derramar algo donde ya está todo lleno de otras cosas. Jesús lo dijo: "No se puede servir a dos señores", refiriéndose a Dios y al dinero.

-Cuando recibimos aunque sólo sea una pequeña observación poco caritativa, o cuando nos sentimos víctimas de una falta de consideración, con qué facilidad nos olvidamos de que ¡éste es justamente el momento de compartir con Él la ofensa y el sufrimiento!


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